23 de abril de 2020, Romance del ciego compasivo
Huyendo del fiero Herodes —que al niño quiere perder,
hacia Egipto se encaminan —Jesús, María y José.
En la mitad del camino —pidió el niño de beber.
—No pidas, agua, mi niño, —no pidas agua, mi bien,
que los ríos vienen turbios —y no se pueden beber.
Vayamos más adelante —que hay un verde vergel
donde crecen las naranjas —y un zumo se puede hacer,
es un ciego el que lo cuida, —es un ciego que no ve.
—Ciego, dame una naranja —para callar al bebé.
—Coja usted las que usted quiera —que hay para dar y coger.
—La Virgen, que no es ansiosa —se ha contentado con tres:
ha dado una a su niño, — otra la ha dado a José,
y la tercera la guarda —por si la ha menester.
Saliendo por el vallado —el ciego comienza a ver.
— ¿Quién ha sido esa Señora —que me ha hecho tanto bien?
Será la Virgen. María —que hace a los ciegos ver.