27 de julio de 2019. Los neoconservadores.
En Francia, sólo durante los 10 últimos años, el poder adquisitivo de las clases medias disminuyó un 15 % mientras los ingresos de los más ricos aumentaban un 25 % y aun más. Los ricos se enriquecen, los pobres se empobrecen. Son los resultados de la Escuela de Chicago creada por Milton Friedman. La escuela del laissez-faire, del mercado libre y sin trabas. La receta es siempre la misma. En primer lugar los gobiernos deben eliminar todas las reglamentaciones y regulaciones que dificulten la acumulación de beneficios. En segundo lugar deben vender todo activo que posean que pudiera ser operado por una empresa y dar beneficios. Y en tercer lugar deben recortar drásticamente los fondos asignados a programas sociales. A la desregulación, privatización y recortes, Friedman tenía añadía algo más: Los impuestos, si tenían que existir, debían ser bajos, y ricos y pobres debían pagar la misma tasa fija. Las empresas debían poder vender sus productos en cualquier parte del mundo y los gobiernos no debían hacer el menor esfuerzo por proteger a las industrias o propietarios locales. Todos los precios, también el precio del trabajo, debían ser establecidos por el mercado. El salario mínimo no debía existir. Como cosas a privatizar, Friedman proponía la sanidad, correos, educación, pensiones e incluso los parques nacionales. En resumen, abogaba sin disimulos por el abandono del New Deal, aquella incómoda tregua entre el Estado, las empresas y los trabajadores que había impedido que se produjera una revolución popular tras la Gran Depresión. La contrarrevolución de